31 de Diciembre de 2006, 7:30 horas de la mañana, acabamos de parar el coche enfrente de casa, después de un largo y tranquilo viaje de vuelta en coche desde París.
Han sido cuatro días fantásticos en
Disneyland, pero las horas de coche han hecho mella en nuestros cuerpos y, aprovechando que aunque ya está amaneciendo en Barcelona, todavía las calles están oscuras, despertamos a los niños de su placentero sueño y les medio engañamos para que al subir a casa y, puesto que "todavía es de noche", se pongan el pijama y se acuesten a dormir. Ana sube con ellos y yo voy a aparcar. En diez minutos estoy en casa, con los enanos, ya en pijama, dispuestos a meterse en la cama. Acto seguido, nos acostamos nosotros.
Dos horas más tarde, Víctor ya se ha levantado y nos viene a buscar a la cama. A los quince minutos estamos ya los cinco en pié; son las diez y media y miro a todos... su cara irradia felicidad, sin duda por el recuerdo de las vacaciones que hemos vivido juntos, cuatro días intensos, maravillosos, ¿irrepetibles?, espero que no.
Hemos estado estos días viviendo en un mundo irreal, pero bonito, muy bonito, y totalmente desconectados de lo que pasaba en el mundo real, por lo que al levantarme de la cama me he acercado al sofá, he conectado el televisor y he puesto el teletexto.
"¡MIERDA!, ¡lo han hecho!", me ha cambiado la cara de repente, no me lo puedo creer, esos terroristas han vuelto a hacer de las suyas; me he quedado abatido y he empezado a darle vueltas a las consecuencias que esto podría traer y como se sentirían todos los que, como yo, creían que la paz, por fin, estaba cerca.
Al cabo de poco rato, me he puesto a mirar las fotos y los vídeos de mis cuatro anteriores días, dispuesto a que estos animales no me estropearan el día ni el sueño que he vivido junto a mi familia.
Gracias a Papá Noel por el viaje que nos trajo en su enorme bolsa, nunca lo olvidaré. Gracias también a los míos por compartir conmigo esta alucinante experiencia y gracias por adelantado a los que consigan algún día, no muy lejano espero, que esta pesadilla llamada terrorismo termine de una vez por todas.
Un abrazo a familiares y amigos de las víctimas del terrorismo.
Feliz año nuevo a todo el mundo y un deseo de PAZ, por favor, que seguro que entre
tod@s lo conseguiremos, no debe ser tan difícil.
Carles.
